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Los ácidos grasos denominados esenciales son fundamentales para nuestro organismo.
Existen distintos ácidos grasos esenciales para el organismo: el ácido alfa-linolénico, el ácido eicosapentanoico (EPA), el docosapentanoico (DPA) y el docosahexanoico (DHA) que son los que componen la familia de los ácidos omega 3 y por último el ácido linoleico, precursor de la familia de los omega 6.
La relación entre los ácidos omega 3 y omega 6 regula ciertos procesos metabólicos de nuestro organismo. La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo de ácidos Omega-3 / Omega-6 en una proporción de 4 a 1. El cambio de los hábitos alimenticios ha hecho que reduzcamos considerablemente la ingesta de ácidos grasos tipo Omega 3 (presente sobre todo en aceites de origen marino) y aumentado en su lugar el consumo del tipo Omega 6, que es el tipo de ácido graso más frecuente en los aceites vegetales de origen terrestre. Actualmente los desequilibrios en nuestra alimentación están provocando un aumento generalizado del nivel de colesterol y problemas asociados como la hipertensión y otros problemas cardiovasculares.
Esto es debido a que los ácidos grasos Omega 6 dan lugar a pequeñas moléculas que aumentan la densidad de la sangre facilitando los procesos inflamatorios y aumentando el riesgo de formación de trombos. Los ácidos Omega 3, en cambio, licuan la sangre, disminuyendo su viscosidad y reduciendo la tendencia a la formación de trombos, previniendo los niveles altos de colesterol, la hipertensión y otras enfermedades cardíacas e incluso, en la actualidad se sabe que previene los procesos inflamatorios, y por ello incluso reduce los síntomas asmáticos.
Además los ácidos Omega 3 son responsables también del buen funcionamiento del sistema nervioso central ya que forman parte importante de las membranas neuronales. El ácido docosahexanoico (DHA) es un componente importante de la corteza cerebral, así como de la membrana sináptica de las células nerviosas, resultando imprescindible para un normal desarrollo de las funciones y actividades neuronales. Además permite mantener la agilidad mental y la agudeza visual.
Único que garantiza el aporte de ácido docosapentanoico (DPA), fundamental para proteger corazón y vasos sanguíneos.
Además los ácidos Omega 3 están muy presentes en las membranas celulares y en la piel donde aportan elasticidad y resistencia.
Composición:
Aceite de Origen marino 70,42% (500 mg/perla); Envoltura (Gelatina y Glicerina); Vitamina E (D-Alfa tocoferol).
Perfil de acidos grasos por perla:
E.P.A. (Ac. Eicosapentanoico): 90 mg.
D.H.A. (Ac. Docosahexanoico): 60 mg.
D.P.A. (Ac. Docosapentanoico): 10 mg.
Modo de empleo:
Tomar una perla al dia con agua, preferiblemente en ayunas.
Presentación:
Envase de 180 perlas
Los complementos alimenticios no deben utilizarse como sustitutos de una dieta variada y equilibrada. No superar la dosis diaria expresamente recomendada. Mantener fuera del alcance de los niños más pequeños.
La información contenida en nuestra web tiene carácter informativo y no puede ser considerada como sustitutiva de la prescripción, diagnóstico o tratamiento médico. Los resultados de los complementos nutricionales pueden variar en función de la persona, y el tiempo para obtener los beneficios indicados dependerá de cada caso.